LAS FRUTAS

Desde las más jugosas hasta las más carnosas, las frutas pueden satisfacer las necesidades nutritivas requeridas en un desayuno, comida, merienda, cena, o bien en viajes y caminatas de largo recorrido.
Constituyen el alimento natural más dulce y refrescante que existe. Las frutas nos ayudan a retardar el proceso de envejecimiento, ya que todas son ricas en sustancias antioxidantes, en todas las vitaminas existentes, ácido fólico, selenio y otros minerales.
Las de colores fuertes y llamativos, embellecen la piel y previenen la formación de células cancerígenas. Las que contienen más agua, como el melón y la sandía, son muy rehidratantes y refrescantes. Las de pulpa carnosa, como la pera, el níspero, la chirimoya y la guayaba son, ricas en astringentes y combaten la deshidratación intestinal. Las más ácidas, como los cítricos, son las más ricas en vitamina C, que refuerza las defensas y previene las enfermedades infecciosas y degenerativas.
Por sus abundantes propiedades beneficiosas para la salud, en todo el mundo se utilizan las frutas con muchas finalidades nutritivas, culinarias y cosméticas. Y gracias a su sabor habitualmente dulce, a sus formas y colores llamativos, y a lo práctico que resulta comerlas, son altamente recomendables para la alimentación diaria de los niños.
Además se pueden tomar en zumos, helados, yogures, mermeladas batidos, sorbetes, macedonias, etc.

La alimentación es el pilar fundamental de la salud y del mantenimiento de la vida. Somos lo que comemos, y en la elección acertada de los cientos de alimentos que nos ofrecen las estanterías de los supermercados depende, en buena parte, nuestra vitalidad, nuestra energía e incluso nuestro buen humor. La oferta alimentaria cada vez es más grande y por ello resulta más dificil elegir lo más adecuado para que el menú diario sea realmente "fuente de vida" y se adapte a las necesidades calóricas de cada edad y estilo de vida.